DECLARACIÓN
UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS
Artículo 1.-
Todos los seres humanos
nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y
conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Este principio es para mí el principio rector en las relaciones que establezco con los
otros.
Si por cuestiones relativas a intereses de diferentes
poderes cuyos efectos se manifiestan en la cultura de los pueblos a lo largo de
la historia del mundo surgieron colectivos con la necesidad de recordar que
pertenecen a el conjunto macro de los seres humanos y debieron buscar el modo
de acceder a la justicia como minorías, no debiera nunca apartarnos de este
concepto de ser todos seres humanos que nacemos libres e iguales en dignidad y
derechos y, dotados como estamos de razón y conciencia y que nos debemos el
trato fraterno los unos a los otros.
En mi experiencia y saber, como mujer y como persona que se vio
afectada en su vida emocional gravemente ante la pérdida de trabajo y vivienda
con la crisis de los años 2001 y 2002, con anterioridad a la existencia de la
CDPD y sin ser una persona con discapacidad alguna, durante mi vida me he visto
en la necesidad de hacer ejercicio del derecho siempre basándome en el
paradigma de los Derechos Humanos, las leyes 23.179 y 23.849 en nombre mío y en
nombre de mis hijos.
Con anterioridad a la ratificación de la CDPD, las gestiones
por el respeto de mis derechos para el acceso a la vivienda, a la salud y al
trabajo, como persona con discapacidad lo hice invocando los Derechos Humanos.
La discapacidad no me otorgó ni me otorga identidad.
Pertenecer al colectivo de PcD puede ser transitorio, a
largo plazo o de por vida y no es condicionante de mi identidad, me involucra
fraternalmente en él.
La "enfermedad mental" es un invento de la
corporación psiquiátrica y el concepto de discapacidad mental psicosocial interpela y demuele la concepción de enfermedad psiquiátrica. Como persona mi mayor anhelo es renunciar al uso del
CUD y acceder a los derechos que me asisten en “el reconocimiento de la
dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los
miembros de la familia humana”.[i]
Desde una perspectiva de género femenino me inclino por el
pensamiento que entiende el fenómeno de discriminación a la mujer como un
conflicto cultural que involucra al hombre y no acepta mi pensar posiciones en
contra de los hombres pues las considero, nacidas en el mismo núcleo
discriminatorio que tiende a reproducir el pensamiento del patriarcado y termina
homologando el modelo, reproduciéndolo y por ende, discriminando nuevamente a
otros.
De la misma manera, el movimiento mundial de las personas
con discapacidad homologa la exclusión de las personas con discapacidad mental
psicosocial tornándose expulsivo y reproduce las lógicas de exclusión,
marginación y maltrato[ii].
Dentro del movimiento de las personas con discapacidad se
perpetúa el pensamiento que aprueba internación y medicación forzada a las
personas con discapacidad mental psicosocial que no ha podido ser erradicado de
letra de la LNSM 26.657 de cuya redacción participé desde los colectivos que
colaboramos con el proyecto en el año 2008, como tampoco en el proyecto de ley
de salud mental de la provincia de Bs.As. en el año 2009 en el que colaboré
aportando el saber adquirido como PcD
mental psicosocial.
Rechazo la palabra experto por su emergencia en un contexto
histórico absolutamente neoliberal emparentado hasta la actualidad con el MMH. Un concepto cuya visión fragmentada de la
persona humana lleva a desconocer nuestra naturaleza bio-psico-social, condición
intrínseca del ser humano[iii].
Adhiero a la idea de
construcción subjetiva de saberes invalorables y únicos, para elevar la voz
ante actos de discriminación. Al trabajo de desconstrucción de los pensamientos
monolíticos sobre cualquier persona.
Mi lucha por ser una
persona capaz de ser en la plenitud de mi condición me hace temer mucho a la
construcción de los ghettos que se forman en torno a la noción de discapacidad
y cualquier otra forma de aglutinarse como minoría marginada que necesite elevar
la voz para ser respetada porque observo que en nombre de la diversidad solo
trabajan para lo que consideran el igual.
Así como se hizo un
discurso vacuo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se puede banalizar cualquier
otro tratado que fue necesario redactar para recordar siempre a los mismos, que
acá estamos nosotros, los excluidos de ese mundo cada vez más temible al que
parece que hay que luchar por pertenecer.
En otras palabras,
el primer Tratado de Derechos Humanos del siglo XXI es la CDPD y se funda en el
paradigma del modelo social.
¿Qué se entiendo por
paradigma del modelo social?
Para mí la respuesta
está en el Art. 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos enunciada
al comienzo de este escrito.
Como PcD mental
psicosocial entiendo que es mi deber primero velar por impedir la proliferación
de factores discapacitantes en la sociedad.
El primero de ellos es el hambre.
Con conocimiento de
causa puedo decir que en la C.A.B.A la mayoría de los C.U.D extendidos para PcD
mental son para clase alta y media alta[iv].
En la C.A.B.A. hay
una clínica psiquiátrica privada que se autodenomina y vende como Hostal. El dueño, un afamado psiquiatra, tiene un hermano con discapacidad mental
psicosocial que aloja en otras clínicas psiquiátricas privadas, lo viste con
las ropas que sus clientes olvidan en el Hostal que para mayor información,
tiene temporada baja y temporada alta. Como su hermano, (L), no recibía visita alguna lo he acompañado a merendar más de una vez.
Otorgarle un C.UD
como PcD mental a una persona con
consumo problemático de sustancias ilegales que ha cometido un delito, atenúa
la pena si manifiesta voluntad de rehabilitación alojándose siempre estos casos
en clínicas privadas y es una práctica de la clase alta y la clase media alta. Esta realidad descripta tiene un agravante:
al no haber una real intención de rehabilitación de parte de la persona, vuelve a reincidir en, voy a decir "un delito" sin saber si preciso con exactitud la
figura legal. Esa persona, que zafó de ir a la cárcel, se convierte en el
dealer[v] en el
centro del rehabilitación “saboteando” a los otros en cruel estado de
abstinencia atenuado con drogas legales.
El acceso privilegiado al C.U.D abandona a la mayor parte de la población
pobre con discapacidad por fuera del circuito del respeto de sus Derechos
Humanos,dos veces o más violados, encontrando la máxima expresión de agravio y crueldad en el que se
ejerce históricamente contra los pueblos originarios.
Desde mi saber y
buen entender, hay una línea muy peligrosa en la manera de señalar las
distintas sub – categorías de minorías a las que nos vemos expuestas todas las
personas cuando nos apartamos de los estándares para los que el poder diseña un
mundo “normal” al que personalmente no aspiro pertenecer.
La necesidad
ontológica de determinar las categorías fundamentales y las relaciones del
"ser en cuanto ser" naturaliza que las mujeres se diferencien “para
mejor estudio” entre las que son o no son discapacitadas, a lo que se le puede
ir sumando por ejemplo mujer-discapacitada-pobre-loca-puta-analfabeta-negra-lesbiana-judía-india-árabe-iraní…
Lamentable.
Tan naturalizada
está la discriminación y tan inconsciente es el ejercicio de ella que aún en la
retórica políticamente correcta se desliza y en las antípodas de esta sirve de
ejemplo la barbarie de la diputada Beatriz Rojkes de Alperovich.
De mi propia
experiencia puedo decir que la discriminación más violenta que he vivido vino
de parte de personas con discapacidad y de personas que se dicen defensoras de
los Derechos Humanos de las PcD con discapacidad, algunas profesionales de la
Salud Mental y otras no.
Mas abajo ejemplifico con dos situaciones con el título Anecdotario.
Mas abajo ejemplifico con dos situaciones con el título Anecdotario.
Reivindico
plenamente mi pertenencia la Red Mundial de Usuarios y Sobrevivientes de la
Psiquiatría (WNUSP) por el rico intercambio que mantenemos en la gran
diversidad cultural que significa estar conectadas PcD mental psicosocial de todos
los continentes, lo que no significa en modo alguno un pensamiento único, sino el enriquecimiento con el trabajo de
debate y búsqueda de consenso permanente antes que emitir un juicio contra el
otro.
Otro naturalmente distinto
a mí como lo es en todos los casos de todos los seres humanos.
Compartimos nuestras
experiencias catalogadas como enfermedades por la corporación psiquiátrica del
MMH y la complicidad de éstos con los laboratorios farmacéuticos, compartimos
principios en relación al ejercicio vigoroso de nuestros derechos y promovemos
la ayuda mutua, la autonomía y el libre pensamiento.
Anecdotario.
Subí a un colectivo de la línea 102 mostrando el pase y me senté
en un asiento del lado de la ventanilla que quedaba de espaldas al asiento
que queda frente a la puerta, por lo que no podía ver quién subía al colectivo.
De pronto alguien me increpa violentamente por no cederle el asiento a
una mujer que no veía y por lo que voy escuchando entiendo que padece
una discapacidad visual.
A la voz del que me gritaba se le suma la voz del chófer elevando aún
más la voz para decir:
-la señora también es discapacitada, a la vez se pone de pié y dice:
-el viaje no continúa hasta que alguien le ceda el asiento
a esta otra mujer.
En ese tiempo no tenía daños ocasionados por la medicación
psiquiátrica y no tenía problemas para permanece de pie,
razón por la cual me levanto y digo:
-mi discapacidad no me impide ceder el asiento.
Para mi espanto, la mujer a la que le estoy cediendo el asiento,
me grita:
-TRUCHA, TRUCHA, SOS TRUCHA.
Mi respuesta no se hizo esperar: - soy discapacitada, no boluda,
les ruego a todos la disculpen porque no sabe lo que está diciendo,
y pido que seamos más humanos porque va a llegar el día que debamos
llevar un código de barra en la frente para que se sepa a qué clase
de grupo pertenecemos y me largué a llorar.
Un joven me pasó la mano por el hombro, me ayudó a ubicar en otro
asiento y contuvo mi tiempo para llorar.
II
El atropello cometido hacia mi persona en el día de ayer por la Sra. Silvia Mirta Valori en respuesta a un e mail que no envié porque no la conozco y lógicamente, no deseo conocerla.
Nota: A partir de Anecdotario, la publicación se des-configura sin que haya encontrado solución. LL
[ii] Siempre
sostuve que el primer desaparecido de Videla fue su propio hijo, abandonado en
la Colonia Montes de Oca.
[iii] En una
H.C. de PcD mental psicosocial no existen datos sobre su situación social, si
el estado viola derechos a esa persona, y muchos otros que hacen a la dimensión
social del ser humano.
[iv] Al
escribir esto, recuerdo una noticia que debe ser conocida por todos: la
existencia de un auto para persona con discapacidad, importado, en una casa de
Susana Giménez que tenía un hermano internado en el Borda por más de 20 años. Ella
no es la excepción a la regla, justamente “es la regla”. (No sé si mito o
realidad, se dice que el teatro del 4to piso en el hospital, fue donado por
ella y la info en internet para corroborarlo tiene un bucle que impide el
acceso.)
[v] En este
caso el dealer es dealer doblemente porque negoció dos ves, con la justicia* y
con la compra-venta de sustancias ilegales para consumo propio y de los otros.
*No podemos dejar de observar que es la familia la que
gestiona todo para que esto sea posible aún en los casos de adultos jóvenes. Pensar en el cuento de Relatos Salvajes del joven que atropella a una mujer embarazada, la compra de un homicida para tapar al hijo culpable y que cuando quiere declarar, le es impedido por su familia de bien.
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