26 mar 2015

VIVIR EN IGUALDAD DE CONDICIONES, UN DERECHO DE TODOS.





DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS
Artículo 1.-
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Este principio es para mí el principio rector  en las relaciones que establezco con los otros.

Si por cuestiones relativas a intereses de diferentes poderes cuyos efectos se manifiestan en la cultura de los pueblos a lo largo de la historia del mundo surgieron  colectivos con la necesidad de recordar que pertenecen a el conjunto macro de los seres humanos y debieron buscar el modo de acceder a la justicia como minorías, no debiera nunca apartarnos de este concepto de ser todos seres humanos que nacemos libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como estamos de razón y conciencia y que nos debemos el trato fraterno los unos a los otros.

En mi experiencia y saber, como mujer y como persona que se vio afectada en su vida emocional gravemente ante la pérdida de trabajo y vivienda con la crisis de los años 2001 y 2002, con anterioridad a la existencia de la CDPD y sin ser una persona con discapacidad alguna, durante mi vida me he visto en la necesidad de hacer ejercicio del derecho siempre basándome en el paradigma de los Derechos Humanos, las leyes 23.179 y 23.849 en nombre mío y en nombre de mis hijos.
Con anterioridad a la ratificación de la CDPD, las gestiones por el respeto de mis derechos para el acceso a la vivienda, a la salud y al trabajo, como persona con discapacidad lo hice invocando los Derechos Humanos.

La discapacidad no me otorgó ni me otorga identidad. 

Pertenecer al colectivo de PcD puede ser transitorio, a largo plazo o de por vida y no es condicionante de mi identidad, me involucra fraternalmente en él.

La "enfermedad  mental" es un invento de la corporación psiquiátrica y el concepto de discapacidad mental psicosocial interpela y demuele la concepción de enfermedad psiquiátrica.  Como persona mi mayor anhelo es renunciar al uso del CUD y acceder a los derechos que me asisten en “el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”.[i]

Desde una perspectiva de género femenino me inclino por el pensamiento que entiende el fenómeno de discriminación a la mujer como un conflicto cultural que involucra al hombre y no acepta mi pensar posiciones en contra de los hombres pues las considero, nacidas en el mismo núcleo discriminatorio que tiende a reproducir el pensamiento del patriarcado y termina homologando el modelo, reproduciéndolo y por ende, discriminando nuevamente a otros.

De la misma manera, el movimiento mundial de las personas con discapacidad homologa la exclusión de las personas con discapacidad mental psicosocial tornándose expulsivo y reproduce las lógicas de exclusión, marginación y maltrato[ii]

Dentro del movimiento de las personas con discapacidad se perpetúa el pensamiento que aprueba internación y medicación forzada a las personas con discapacidad mental psicosocial que no ha podido ser erradicado de letra de la LNSM 26.657 de cuya redacción participé desde los colectivos que colaboramos con el proyecto en el año 2008, como tampoco en el proyecto de ley de salud mental de la provincia de Bs.As. en el año 2009 en el que colaboré aportando  el saber adquirido como PcD mental psicosocial.

Rechazo la palabra experto por su emergencia en un contexto histórico absolutamente neoliberal emparentado hasta la actualidad con el MMH.   Un concepto cuya visión fragmentada de la persona humana lleva a desconocer nuestra naturaleza bio-psico-social, condición intrínseca del ser humano[iii].

Adhiero a la idea de construcción subjetiva de saberes invalorables y únicos, para elevar la voz ante actos de discriminación. Al trabajo de desconstrucción de los pensamientos monolíticos sobre cualquier persona.

Mi lucha por ser una persona capaz de ser en la plenitud de mi condición me hace temer mucho a la construcción de los ghettos que se forman en torno a la noción de discapacidad y cualquier otra forma de aglutinarse como minoría marginada que necesite elevar la voz para ser respetada porque observo que en nombre de la diversidad solo trabajan para lo que consideran el igual.

Así como se hizo un discurso vacuo de la Declaración Universal de los  Derechos Humanos, se puede banalizar cualquier otro tratado que fue necesario redactar para recordar siempre a los mismos, que acá estamos nosotros, los excluidos de ese mundo cada vez más temible al que parece que hay que luchar por pertenecer.

En otras palabras, el primer Tratado de Derechos Humanos del siglo XXI es la CDPD y se funda en el paradigma del modelo social.

¿Qué se entiendo por paradigma del modelo social?

Para mí la respuesta está en el Art. 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos enunciada al comienzo de este escrito.

Como PcD mental psicosocial entiendo que es mi deber primero velar por impedir la proliferación de factores discapacitantes en la sociedad.  El primero de ellos es el hambre.

Con conocimiento de causa puedo decir que en la C.A.B.A la mayoría de los C.U.D extendidos para PcD mental son  para clase alta y media alta[iv].

En la C.A.B.A. hay una clínica psiquiátrica privada que se autodenomina y vende como Hostal.  El dueño,  un afamado psiquiatra,  tiene un hermano con discapacidad mental psicosocial que aloja en otras clínicas psiquiátricas privadas, lo viste con las ropas que sus clientes olvidan en el Hostal que para mayor información, tiene temporada baja y temporada alta. Como su hermano, (L),  no recibía visita alguna lo he acompañado  a merendar más de una vez.

Otorgarle un C.UD como PcD mental  a una persona con consumo problemático de sustancias ilegales que ha cometido un delito, atenúa la pena si manifiesta voluntad de rehabilitación alojándose siempre estos casos en clínicas privadas y es una práctica de la clase alta y la clase media alta.  Esta realidad descripta tiene un agravante: al no haber una real intención de rehabilitación de parte de la persona, vuelve a reincidir en, voy a decir "un delito" sin saber si preciso con exactitud la figura legal.  Esa persona, que zafó de ir a la cárcel, se convierte en el dealer[v] en el centro del rehabilitación “saboteando” a los otros en cruel estado de abstinencia atenuado con drogas legales.

El acceso privilegiado al C.U.D  abandona a la mayor parte de la población pobre con discapacidad por fuera del circuito del respeto de sus Derechos Humanos,dos veces o más violados, encontrando la máxima expresión de agravio y crueldad en el que se ejerce históricamente contra los pueblos originarios.

Desde mi saber y buen entender, hay una línea muy peligrosa en la manera de señalar las distintas sub – categorías de minorías a las que nos vemos expuestas todas las personas cuando nos apartamos de los estándares para los que el poder diseña un mundo “normal” al que personalmente no aspiro pertenecer.

La necesidad ontológica de determinar las categorías fundamentales y las relaciones del "ser en cuanto ser" naturaliza que las mujeres se diferencien “para mejor estudio” entre las que son o no son discapacitadas, a lo que se le puede ir sumando por ejemplo mujer-discapacitada-pobre-loca-puta-analfabeta-negra-lesbiana-judía-india-árabe-iraní…

Lamentable.

Tan naturalizada está la discriminación y tan inconsciente es el ejercicio de ella que aún en la retórica políticamente correcta se desliza y en las antípodas de esta sirve de ejemplo la barbarie de la diputada Beatriz Rojkes de Alperovich.

De mi propia experiencia puedo decir que la discriminación más violenta que he vivido vino de parte de personas con discapacidad y de personas que se dicen defensoras de los Derechos Humanos de las PcD con discapacidad, algunas profesionales de la Salud Mental y otras no.

Mas abajo ejemplifico con dos situaciones con el título Anecdotario.

Reivindico plenamente mi pertenencia la Red Mundial de Usuarios y Sobrevivientes de la Psiquiatría (WNUSP) por el rico intercambio que mantenemos en la gran diversidad cultural que significa estar conectadas PcD mental psicosocial de todos los continentes,  lo que no significa en modo alguno un pensamiento único, sino el enriquecimiento con el trabajo de debate y búsqueda de consenso permanente antes que emitir un juicio contra el otro.        
       
Otro naturalmente distinto a mí como lo es en todos los casos de todos los seres humanos.

Compartimos nuestras experiencias catalogadas como enfermedades por la corporación psiquiátrica del MMH y la complicidad de éstos con los laboratorios farmacéuticos, compartimos principios en relación al ejercicio vigoroso de nuestros derechos y promovemos la ayuda mutua, la autonomía y el libre pensamiento.


Anecdotario.

   I  

Subí a un colectivo de la línea 102 mostrando el pase y me senté 
en un  asiento del lado de la ventanilla que quedaba de espaldas al asiento 
que queda frente a la puerta, por lo que no podía ver quién subía al colectivo.

De pronto alguien me increpa violentamente por no cederle el asiento a
una mujer que no veía y por lo que voy escuchando entiendo que padece
una discapacidad visual. 

A la voz del que me gritaba se le suma la voz del chófer elevando aún
más la voz para decir:

 -la señora también es discapacitada, a la vez se pone de pié y dice:

-el viaje no continúa hasta que alguien le ceda el asiento
  a esta otra mujer.

En ese tiempo no tenía daños ocasionados por la medicación 
psiquiátrica y no tenía problemas para permanece de pie, 
razón por la cual me levanto y digo: 
                                    
-mi discapacidad no me impide ceder el asiento.

Para mi espanto, la mujer a la que le estoy cediendo el asiento,
me grita:

-TRUCHA, TRUCHA, SOS TRUCHA.

Mi respuesta no se hizo esperar: - soy discapacitada, no boluda,
les ruego a todos la disculpen porque no sabe lo que está diciendo,
y pido que seamos más humanos porque va a llegar el día que debamos
llevar un código de barra en la frente para que se sepa a qué clase
de grupo pertenecemos y me largué a llorar.

Un joven me pasó la mano por el hombro, me ayudó a ubicar en otro
asiento y contuvo mi tiempo para llorar.

II

El atropello cometido hacia mi persona en el día de ayer por la                                                           Sra. Silvia Mirta Valori en respuesta a un e mail que no envié                                                         porque no la conozco y lógicamente, no deseo conocerla.                                                                                        

Nota: A partir de Anecdotario, la publicación se des-configura sin que haya encontrado solución. LL








[i] Cito el Preámbulo de la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS
[ii] Siempre sostuve que el primer desaparecido de Videla fue su propio hijo, abandonado en la Colonia Montes de Oca.
[iii] En una H.C. de PcD mental psicosocial no existen datos sobre su situación social, si el estado viola derechos a esa persona, y muchos otros que hacen a la dimensión social del ser humano.
[iv] Al escribir esto, recuerdo una noticia que debe ser conocida por todos: la existencia de un auto para persona con discapacidad, importado, en una casa de Susana Giménez que tenía un hermano internado en el Borda por más de 20 años. Ella no es la excepción a la regla, justamente “es la regla”. (No sé si mito o realidad, se dice que el teatro del 4to piso en el hospital, fue donado por ella y la info en internet para corroborarlo tiene un bucle que impide el acceso.)
[v] En este caso el dealer es dealer doblemente porque negoció dos ves, con la justicia* y con la compra-venta de sustancias ilegales para consumo propio y de los otros.
*No podemos dejar de observar que es la familia la que gestiona todo para que esto sea posible aún en los casos de adultos jóvenes.  Pensar en el cuento de Relatos Salvajes del joven que atropella a una mujer embarazada, la compra de un homicida para tapar al hijo culpable  y que cuando quiere declarar, le es impedido por su familia de bien.







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