11 may 2014

UN RECORTE DEL ARTÍCULO DE SANDRA BORAKIEVICH QUE CALA HONDO... SINIESTRO... COMO SINIESTRO PUEDE SER LO TEMIDAMENTE FAMILIAR... COMO ES SINIESTRO INTENTAR CONOCER-SE

Este procedimiento no sólo se encuentra en la producción de conocimientos: insiste en las prácticas sociales cotidianas, en tanto hace parte de la trama de las subjetividades. En otras palabras, en tanto habitantes de un tiempo histórico, tendemos a pensar de ese modo, habitual, naturalizada y “espontáneamente”; esas concepciones hacen al modo de subjetivación propio de la Modernidad Temprana (Foucault, 1995, a; Fernández, 1993; 2007). Así, tanto desde los ámbitos científicos como en la vida cotidiana –pública y privada- se sostiene y produce heteronormatividad, tal como lo señalan diversxs autorxs[11] desde los Estudios Queer (AAVV, 2005, Bellucci-Rapisardi, 1999; INADI, 2005; Preciado, 2003; Raíces Montero, 2010; Siqueira Peres, 2010). Y así, en la medida en que no todxs tenemos iguales derechos civiles, se moldea –vía naturalizaciones y biologismos reduccionistas- un mundo en el que no hay paridades entre todas y todos y tod*.*s (todis?). De ahí la importancia ética y política de desmontar estos reduccionismos y –como se señalara líneas arriba- producir herramientas para pensar de otro modo (dimensión epistémica de la cuestión). cuántos “sexos biológicos” hay?... Al menos 5… y más… Aun cuando en lo dicho desde el epígrafe se pone en evidencia que se está aludiendo a algo más que a cuestiones anatómicas ancladas en los cuerpos, en pos de contribuir a la de-construcción de imaginarios biologistas resulta pertinente incluir aquí un breve desvío hacia la biología. En un texto de hace unos años, Marta Lamas señalaba que tomando en cuenta los genes, hormonas, gónadas, órganos reproductivos internos y órganos reproductivos externos (genitales), es decir, “[...] las cinco áreas fisiológicas de las que depende lo que, en términos generales y muy simples, se ha dado en llamar el ´sexo biológico´ de una persona” (p. 339), era posible reconocer por lo menos, 5 sexos biológicos: 1. Mujeres: personas que tienen dos ovarios. 2. Varones: personas que tienen dos testículos. 3. Hermafroditas o herms: personas en que aparecen al mismo tiempo un testículo y un ovario. 4. Hermafroditas femeninos o ferms: personas con ovarios, pero con caracteres sexuales masculinos. 5. Hermafroditas masculinos o merms: personas que tienen testículos, pero que presentan otros caracteres sexuales femeninos. Lamas (1996 pp. 339-340) Vale reiterar que esta referencia “sólo” biológica excede los casilleros habilitados desde una mirada binaria, que se verán desbordados a la hora de tomar en cuenta las concepciones relativas a los géneros –que, importa mencionar, no se reducen a los caracteres sexuales. De todas maneras, este subrayado de los aspectos biológicos permite poner en cuestión el binarismo de los sexos, más aún si a lo dicho hasta aquí se agregan las consideraciones de Raíces Montero en Un cuerpo: mil sexos. Intersexualidades (2010), cuando señala la necesidad de un “[...] cambio de los protocolos médicos en lo concerniente a las intervenciones quirúrgicas”, que respete el derecho de las personas intersexuales a elegir operarse o no en función de su identidad de género. Menciona allí unas nueve o diez conformaciones biológicas que interpelan a la medicina a repensar sus procedimientos[12]. * [12] Por una cuestión de espacio no es posible extendernos aquí en cada una de las conformaciones biológicas diferentes a las ya mencionadas por M. Lamas. Este “tope” se torna un analizador, ya que el hecho mismo de que este “breve desvío a la biología” resulte tan extenso, recursivamente indica que el pensamiento binario resulta un “lecho de Procusto” a la hora de pensar las diversidades sexuales. Aún no hemos mencionado las cuestiones de género… Para un mayor detalle de las intersexualidades, véase Raíces Montero (2010).


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